miércoles, 12 de julio de 2023

Henderson, Provincia de Buenos Aires.


Henderson se encuentra situado en las coordenadas 36º18’6’’ de latitud sur y 61º19’50’’ de longitud oeste, a una altitud de 150 metros sobre el nivel del mar. Este pueblo abarca una superficie territorial de 166.801 hectáreas. Dentro de los límites del partido de Hipólito Yrigoyen, del cual Henderson es cabecera, se encuentran localidades como Coraceros, María Lucila y Herrera Vegas. Geográficamente, Henderson limita al norte con Pehuajo, al este con Carlos Casares, al sur con Bolívar, y al oeste con Daireaux.

La fundación oficial de la ciudad se dio en 1909, un periodo marcado por los primeros signos de colonización en la zona. En ese entonces, destacaba un rancho de estilo criollo, característico por su estructura baja y rodeado de árboles. Este rancho, conocido como “El Cuartel General”, formaba parte de la Estancia La Porteña. Con una extensión de 5.975 hectáreas, esta estancia era propiedad de Don Roque Quinteros y representaba un importante centro de actividad ganadera y agrícola en la zona. La administración de la Estancia La Porteña, originalmente propiedad de los Quinteros, estuvo a cargo de Don Pedro Ramos Abadie hasta 1904, cuando Leandro Talazac asumió como administrador. Ambos administradores estudiaban las condiciones de colonización por encargo de los hermanos Máximo, Augusto y Juan María Boubee.









Finalizado el año 1904, Boubee adquirió la estancia a un precio de $46 por hectárea, incluyendo todas las plantaciones existentes en ella. Coincidiendo con la llegada del ferrocarril, Boubee vendió la propiedad a Don Pablo Guglieri, quien posteriormente transfirió la propiedad a la Compañía Tierras del Sud. Esta compañía subdividió las tierras en hectáreas, donando un amplio terreno para la construcción de edificios funcionales para la futura ciudad.

Un acontecimiento clave en la historia de la región fue la llegada del ferrocarril Midland el 1º de julio de 1911, lo que marcó un antes y un después en el valor de las tierras. El tramo del ferrocarril Midland se extendió hasta llegar a la Estancia La Porteña, lo que tuvo un impacto profundo en el desarrollo y la accesibilidad de la zona. En reconocimiento a la importancia de esta conexión ferroviaria, y en honor al presidente de la empresa del Ferrocarril Midland, el señor Frank Henderson, una de las principales estaciones fue bautizada con su nombre. Desde entonces, este nombre ha perdurado y es el que actualmente lleva nuestra ciudad, conocida como Henderson.

Con el ferrocarril, el valor de las tierras aumentó considerablemente y comenzó el proceso de urbanización. Después de los loteos y demarcaciones del territorio, se dio inicio al primer remate de tierras en Henderson, partido de Pehuajó, el 11 de abril de 1911, en la sede de la Estancia La Porteña. A este remate le siguieron varios otros, consolidando el asentamiento del pueblo. El 7 de diciembre de 1909, se realizó la transferencia de dominio de la sociedad de los Boubee y se fijó el trazado de Henderson. En paralelo, el 7 de marzo de 1913, el Departamento de Ingenieros de la provincia de Buenos Aires consideró el trazado de la ciudad y, finalmente, el 17 de julio de 1913, el Poder Ejecutivo aprobó los planos presentados por la Compañía Tierras del Sud.

La llegada del ferrocarril no solo aumentó el valor de las tierras, sino que también impulsó el desarrollo económico y social de la región. Facilitó el transporte de productos agrícolas y ganaderos, estimulando así la economía local. Además, atrajo a nuevos residentes y comerciantes, lo que a su vez fomentó la creación de servicios y establecimientos educativos, culturales y de salud, contribuyendo al crecimiento y desarrollo urbano de Henderson.

                                                                Frank Henderson


La distancia que nos separaba de la cabecera del partido, Pehuajó, y de las ciudades circundantes despertó en los líderes de nuestro pueblo el anhelo de autonomía, fundamentado tanto en la lejanía como en la riqueza de estas tierras. Uno de los primeros indicios públicos de este deseo se manifestó a través de un cartel colocado por orden del primer delegado municipal, Don Andrés Mateos. Este cartel anunciaba el remate de dos manzanas de tierra de Ponce, realizado el 20 de marzo de 1914, y en la cabecera de la subasta se leía: "En el futuro partido de Henderson...".

El 18 de enero de 1945, en el salón de la Sociedad Española, quedó conformada la comisión Pro-autonomía de Henderson, compuesta por seis miembros destacados:

Presidente: Dr. Saverio Galvagni
Vicepresidente: Carlos Keuneke
Secretario: Hispano Sirera
Por-secretario: Juan M. Tamborenea
Tesorero: Alcides Delupi
Pro-tesorero: Roberto Arcipreta
Vocales: Raul Riccioppo, Jose Tamborenea, Eduardo Roteta, Jose Coscia, Ricardo Delupi, Ramón Mas, Jose Save, Jose González, entre otros.

El 28 de enero, se publicó un artículo presentando razones fundamentales por las cuales Henderson debería alcanzar la autonomía, entre ellas:

  • Necesidad de ser cabecera de partido para establecer su Banco de la Nación.
  • Dificultades al no poder contar con oficinas receptoras de rentas y de valuación, generando demoras en el pago de contribuciones.
  • Problemas para la instalación de oficinas de identificación civil.
  • Carencia de una delegación de la Secretaría de Trabajo y Previsión.
  • La ausencia de ser cabecera de partido implica que toda comunicación judicial deba realizarse desde Pehuajó, con los consiguientes gastos, al no contar con un juzgado de paz en Henderson.
  • Obstáculos para retener la sub-agronomía regional en Henderson, a pesar de los valiosos servicios prestados en el último año.


Posteriormente, la comisión pro-autonomía solicitó una audiencia con el interventor, el Dr. Bramuglia, para presentar formalmente su petición. La búsqueda de autonomía no era un capricho de un grupo aislado, sino el anhelo compartido de toda la zona. En el aspecto económico, en ese momento, se registraban unas 800 familias como propietarias de fracciones de tierras que variaban entre 1 y 900 hectáreas, todas explotadas intensivamente. A pesar de cumplir con todas las condiciones necesarias para su independencia, Henderson enfrentaba argumentos de oposición a la autonomía por parte de Pehuajó, que eran considerados inconsistentes por los proponentes de la autonomía.

En enero de 1959, el proyecto de autonomía para Henderson fue presentado en el Senado. Enviado por el gobernador de la provincia, Dr. Oscar Allende, el proyecto contemplaba la creación del partido de Hipólito Yrigoyen, cuyos límites serían determinados por la legislatura. Según el proyecto de ley, el nuevo partido se integraría a la cuarta sección electoral y contaría con su propio consejo deliberante y un juzgado de paz. Además, se preveía una asignación inicial de cinco millones de pesos de las rentas generales para su establecimiento.

Durante el debate legislativo, surgieron diversos puntos de vista, reflejando tanto el entusiasmo de los partidarios de la autonomía como las preocupaciones de aquellos temerosos de los cambios administrativos y financieros que esto conllevaría. Sin embargo, el impulso comunitario por la autonomía, evidenciado en la sólida base agrícola y económica de la región, así como en el fuerte sentimiento de identidad local, fue un factor clave en las deliberaciones.

Finalmente, después de intensas negociaciones y ajustes al proyecto original, la ley de autonomía para Henderson fue aprobada el 21 de enero de 1960 por ambas cámaras de la legislatura, marcando un hito histórico para la comunidad. Este logro no solo representó un cambio administrativo, sino también el reconocimiento de la capacidad de Henderson para autogobernarse y forjar su propio destino, reflejando el espíritu emprendedor y la determinación de sus habitantes. Con esta autonomía, Henderson inició un nuevo capítulo en su historia, enfocado en el desarrollo local y en la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos.

El 16 de noviembre de cada año, los habitantes de Henderson celebran el Día del Pueblo, aunque la fecha exacta fue objeto de debate y controversia durante años. Fue recién en el cincuentenario cuando, gracias a los archivos de la provincia y los testimonios de los vecinos, se determinó que el 16 de noviembre de 1909 era la fecha más adecuada para conmemorar la fundación de la ciudad.




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